Tomar
impulso
UNAI
OIARTZUN
Todos coincidimos en que tarde o temprano, tenía que llegar. El Real Unión llevaba once jornadas sin conocer la derrota, y aunque no mostrara síntomas de flaqueza, era lógico pensar que la racha terminaría en algún momento. El Cerro del Espino no es el escenario más complicado, ni el Atlético B un rival de los más fuertes. Esta vez fue el equipo unionista el que no estuvo a la altura. No tuvo su día. Aitor Zulaika dijo en la previa que la Copa Federación no sería una excusa. De acuerdo. Pero es evidente que el desgaste del largo e intenso partido del miércoles pasó factura. La lesión de Mikel Alonso, unida al resto de ausencias en el centro del campo, dejó la zona tocada. Entre titulares y suplentes, hasta nueve jugadores repitieron actuación el miércoles y el domingo. De modo que el Atlético se encontró con un rival mermado, y no desaprovechó su ocasión.
Todos coincidimos en que tarde o temprano, tenía que llegar. El Real Unión llevaba once jornadas sin conocer la derrota, y aunque no mostrara síntomas de flaqueza, era lógico pensar que la racha terminaría en algún momento. El Cerro del Espino no es el escenario más complicado, ni el Atlético B un rival de los más fuertes. Esta vez fue el equipo unionista el que no estuvo a la altura. No tuvo su día. Aitor Zulaika dijo en la previa que la Copa Federación no sería una excusa. De acuerdo. Pero es evidente que el desgaste del largo e intenso partido del miércoles pasó factura. La lesión de Mikel Alonso, unida al resto de ausencias en el centro del campo, dejó la zona tocada. Entre titulares y suplentes, hasta nueve jugadores repitieron actuación el miércoles y el domingo. De modo que el Atlético se encontró con un rival mermado, y no desaprovechó su ocasión.
El Real Unión llevaba semanas sin verse por detrás en el marcador.
El gol le sentó muy mal, y no supo reaccionar ante la adversidad.
Adueñarse del balón no le fue suficiente para generar peligro y
gozar de ocasiones, que verdaderamente, brillaron por su ausencia.
La defensa atlética no tuvo excesivos problemas para contener las
acometidas rivales. La victoria local no corrió peligro, y
finalmente, Benjamín la certificó con el segundo gol. Pocas
conclusiones positivas puede sacar el Unión de la visita a
Majadahonda. Lo mejor que puede hacer es recordar la derrota en
Leioa. Los txuribeltz perdieron cuando estaban en plena escalada. No
obstante, el tropiezo se convirtió en impulso, y a continuación, el
equipo ganó seis partidos de forma consecutiva. Es el ejemplo a
seguir. En ocasiones, una derrota no viene mal como toque de
atención. Para recordar dónde estamos, y qué es lo que exige la
competición. El equipo necesita estar al cien por cien para ganar
los partidos. Y si no gana, los rivales terminarán superándole en
la clasificación.
Los txuribeltz gozan ya de un merecido descanso en Copa Federación.
Superaron la eliminatoria en un partido de infarto, demostrando la
confianza y la fortaleza mental que tienen, y lo competitivos que
pueden llegar a ser en el formato de eliminatoria. Algo que, en el
mejor de los casos, podría venir muy bien en el mes de junio. Ahora
el equipo debe aprovechar el tiempo hasta la semifinal para recuperar
fuerzas y efectivos. Las lesiones han condicionado el rendimiento del
Unión en el último mes y medio de competición. La plantilla es
amplia y los recambios han cumplido, en líneas generales. Es un dato
reconfortante. Pero si el Real Unión aspira a seguir en puestos de
fase de ascenso, necesita que sus jugadores referencia vuelvan en las
mejores condiciones. El siguiente partido de liga volverá a exigir
el máximo nivel a los txuribeltz. El Getafe B es uno de los equipos
que lucha por ingresar en puestos de play-off. Tal y como ocurrió contra el Toledo, el Unión tiene, de nuevo, la opción de dejar al
rival a siete puntos. Esta vez, dos jornadas más tarde. El filial
azulón tendría complicado alcanzar a los unionistas. Es una gran
oportunidad.
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