martes, 10 de febrero de 2015

Lo que el río ve


Cabeza de carrera
UNAI OIARTZUN


Liderar la clasificación a mediados de febrero no es fruto de la casualidad. No es cuestión de suerte. Cuarenta y tres puntos avalan al Real Unión, en este momento, el mejor equipo del grupo, con todo merecimiento. El liderato es un premio al incansable trabajo, a la constancia, a la superación y a una tremenda competitividad. El aficionado unionista sabe lo difícil que es llegar a este punto, de modo que el momento merece ser disfrutado y celebrado. Después de años de infortunio, de sufrimiento e incluso de desencanto hacia el club, el Real Unión vuelve a estar en lo más alto. Pero atentos, esto no acaba aquí. Ni mucho menos. El conformismo, o el exceso de confianza no pueden caer sobre el Stadium Gal. Quedan catorce partidos para vibrar. Catorce jornadas para soñar. Es una carrera en la que el Unión parte con ventaja. Un punto sobre el segundo, cuatro sobre el quinto. Los txuribeltz ya no deben mirar más abajo. No tiene sentido. Se lo han ganado, y ahora no les puede temblar el pulso.

El Real Unión ha vuelto a acumular tres jornadas sin encajar un gol. Ni Sanse, ni Guadalajara ni Toledo han logrado hacer diana en la portería de Jon Tena. Los txuribeltz han recuperado la mayor solidez defensiva, para construir el éxito a partir de ella. En el Pedro Escartín los unionistas no consiguieron el tanto que les hubiera proporcionado dos puntos más. Pero ante el Toledo, el gol de Galán fue suficiente para lograr la victoria. El golazo de Galán, mejor dicho, que se las apañó para superar a tres rivales y cruzar el balón para adelantar a los suyos. El navarro volvió a su hábitat natural, el área contraria, donde se encontró cómodo hasta que tuvo que ser sustituido. Esperemos que sus dolencias sean pasajeras. Volviendo al partido, lo cierto es que el Unión tuvo dificultades para crear más ocasiones de gol. El Toledo esperó bien atrás, con clara intención de buscar la sorpresa por medio del contragolpe. Fue un rival duro, que a pesar de la expulsión, vendió cara su derrota. Pero la defensa unionista volvió a ser una muralla infranqueable.

Los txuribeltz fueron conscientes del peligro que tenía el rival, y sin volverse locos por matar el partido, lo dejaron morir poco a poco. Falta de ambición le llamaran algunos. Otros lo verán como una lectura correcta. Al final, lo importante es que los tres puntos se quedaron en Irun. El Toledo se queda a siete puntos de distancia. Demasiado lejos, si el rumbo no se tuerce en exceso. Lo dicho. Salvo desastre, el Real Unión debería luchar, al menos, por entrar en la fase de ascenso. De momento, toca dejar la liga a un lado. Los txuribeltz deben centrarse exclusivamente en la vuelta de los cuartos de final de la Copa Federación. Esta vez el reto entraña una dificultad considerable. El Unión debe remontar la eliminatoria. Aitor Zulaika es el encargado de considerar qué equipo es el adecuado para tratar de lograrlo. En cualquier caso, los once que elija deben saltar concienciados al terreno de juego, sabiendo que pueden dar un gran paso para el Real Unión Club. También la afición unionista debería entenderlo, y acudir al Stadium para apoyar a sus jugadores. En juego, nada menos que el pase a una semifinal.

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