UNAI OIARTZUN
Un partido como el del sábado era
lo que le hacía falta al Real Unión para afrontar con otro ánimo el final de
temporada. Tras más de un mes de golpes
y desilusiones, equipo y afición necesitaban darse una alegría para volver a
sonreír conjuntamente. La derrota de Torrelavega hacía pensar en un equipo
triste y abatido e incluso el objetivo de la Copa parecía una quimera. La
victoria del sábado ha cambiado esa visión. Un gol en el último minuto volvió a
resolver el partido de Gal, que ésta vez cayó del lado local. El gol de
Lambarri fue de lo mejor que pudo verse en un choque, que por otra parte, no
tuvo demasiada emoción. El Unión afrontó el partido sin presión y el Racing no
pareció un equipo que se jugara el descenso. De lo más positivo fue ver el buen
aspecto de la gradas de Stadium. La afición cumplió y acudió a alentar a un su equipo
en un encuentro sin demasiado aliciente. Eso dice mucho del Real Unión.
El
foco de atención estuvo, sin duda, en la portería unionista. Imanol Idiakez fue consecuente con sus decisiones
y no le tembló el pulso al alinear a Bruno Moncayo. Tampoco al dejar la
convocatoria en quince jugadores, sin otro guardameta con el que cubrir una
hipotética lesión. Tras una frenética sucesión de acontecimientos, ahí estaba
Bruno, con sus dieciséis años, dispuesto a defender con uñas y dientes, la
portería del primer equipo irundarra. Se le notó algo nervioso en los primeros
golpeos, y tuvo la mala suerte de recibir un tanto en la primera ocasión
visitante. Fue en un saque de esquina en el que poco más podía hacer el
cancerbero. Hasta ahí el titubeante inicio de Moncayo. La segunda parte del
portero fue brillante y sus dos intervenciones salvaron el partido. La ovación
del público, que llegó a corear su nombre, y las felicitaciones de cada uno de
sus compañeros, pusieron el broche a un debut soñado.
El portero se ganó el protagonismo, pero no
fue el único que merece ser destacado. Idiakez parece haber decidido dar
minutos a jugadores que no han gozado de ellos durante la mayor parte de la
temporada. Chuchi es uno de los hombres que menos ha participado esta campaña.
Estuvo a la altura y puso el temple en el centro del campo. E Infante aprovechó
la titularidad para mostrar sus virtudes en banda derecha. Esta temporada ha
aportado mucho más que en la anterior, pero necesitaba una tarde como la del
sábado para ganar en confianza. El gol es la mejor vitamina para los atacantes
y David sacó a relucir ese olfato del que gozaba en su época en el filial. La gran ausencia del partido fue la de Alex
Albistegi, baluarte del equipo que tuvo al fin un merecido descanso. El
eibartarra ha sido clave en la medular unionista, una pieza fundamental en el
esquema de Imanol Idiakez.
Quedan
tres partidos para despedir la temporada. El último de casa, contra un Bilbao Athlétic
con el liderato en juego, será harto complicado. Bien hizo el Unión en aprovechar
el encuentro contra el Racing B para ofrecer la victoria a la afición. En
cuanto a los de fuera, el filial del Zaragoza está jugándose los cuartos y el
Tudelano, es el máximo rival de los de Irun en cuanto a la clasificación para
la Copa se refiere. No hay rival pequeño en la recta final del campeonato. Los
tres saldrán a comerse a los txuribeltz, que no tendrán más remedio que ponerse
a su altura si quieren puntuar de aquí a mediados de mayo. Deben centrarse en
dar el máximo en cada partido y de ello dependerá el puesto que pueda
tener premio a final de temporada.