martes, 30 de septiembre de 2014

Lo que el río ve

Para muestra, un botón”
UNAI OIARTZUN
A riesgo de parecer repetitivo, debo remitirme al artículo de la semana pasada. Porque la victoria del domingo no es sino la confirmación de varios de los de los aspectos que trataba aquél texto. El primero y más claro, que en el momento en el que el Real Unión ha conseguido mantener la portería a cero, ha llegado la victoria más holgada. El domingo la zaga estuvo pletórica y mantuvo a raya a los habilidosos jugadores colchoneros. La contundencia de los centrales, la velocidad de los laterales y el incansable apoyo de la medular, dieron como resultado un entramado defensivo realmente difícil de superar. Que se lo pregunten al filial Atlético, que no fue capaz de generar una sola ocasión manifiesta de gol. O a Otermin, que poco tuvo que intervenir durante el encuentro. Echar el cerrojo a la portería de Xixa puede suponer más de media victoria para el Unión.
                  La razón no es otra que el enorme potencial que el equipo tiene en las inmediaciones de la portería contraria. Destaca Jorge Galán, un auténtico cazagoles en racha, que los ha metido de todos los colores. En ocasiones, como es el caso del domingo, el navarro se basta para cocinar la jugada y hacer diana. Pero no hay que olvidar que el delantero siempre necesita compañeros que le sirvan el balón. Y sus amigos de blanco y negro son capaces de hacerlo en bandeja de plata. Ozkoidi y Mújika cubren las bandas con clase, aunque les falte la velocidad y la chispa de la competición, que podrán adquirir con el paso de las jornadas. Pero los que están a un nivel sorprendente son Eneko Romo y Juan Domínguez, dos viejos guerreros a los que Zulaika ha colocado juntos en el centro del campo. El resultado: oficio, trabajo y calidad al servicio del equipo. El balón rueda fluido, llega con regularidad al área rival y por si fuera poco, la puntería de los txuribeltz está perfectamente ajustada.
                Hablaba también de la importancia de amarrar la victoria una vez conseguida la ventaja en el marcador. También en ese aspecto estuvo correcto el Real Unión. En una lectura cauta de la situación, los de Zulaika cedieron el balón a los colchoneros en la segunda mitad. Perdieron la posesión, pero nunca el control del partido. El Unión aseguró la victoria con un derroche de esfuerzo, de solidaridad y de trabajo colectivo. También con tranquilidad y paciencia al no poder sentenciar el encuentro con el tercer tanto. Los txuribeltz trataron de robar el balón para romper el partido a la contra. Pero viendo que el tanto no llegaba, los unionistas siguieron centrados en labores defensivas, sin olvidar que la ventaja obtenida ya les acercaba a la victoria. En ese contexto, la segunda mitad no fue vistosa. Pero creo que Zulaika estará encantado con el trabajo que realizaron sus jugadores. Incluso el público de Gal lo entendió y agradeció, con una sonora ovación al término del encuentro. El Real Unión gusta cada vez más.

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