“Para muestra, un botón”
UNAI OIARTZUN
A riesgo de parecer repetitivo, debo
remitirme al artículo de la semana pasada. Porque la victoria del domingo no es
sino la confirmación de varios de los de los aspectos que trataba aquél texto.
El primero y más claro, que en el momento en el que el Real Unión ha conseguido
mantener la portería a cero, ha llegado la victoria más holgada. El domingo la
zaga estuvo pletórica y mantuvo a raya a los habilidosos jugadores colchoneros.
La contundencia de los centrales, la velocidad de los laterales y el incansable
apoyo de la medular, dieron como resultado un entramado defensivo realmente difícil
de superar. Que se lo pregunten al filial Atlético, que no fue capaz de generar
una sola ocasión manifiesta de gol. O a Otermin, que poco tuvo que intervenir
durante el encuentro. Echar el cerrojo a la portería de Xixa puede suponer más
de media victoria para el Unión.
La razón no es otra
que el enorme potencial que el equipo tiene en las inmediaciones de la portería
contraria. Destaca Jorge Galán, un auténtico cazagoles en racha, que los ha
metido de todos los colores. En ocasiones, como es el caso del domingo, el
navarro se basta para cocinar la jugada y hacer diana. Pero no hay que olvidar
que el delantero siempre necesita compañeros que le sirvan el balón. Y sus
amigos de blanco y negro son capaces de hacerlo en bandeja de plata. Ozkoidi y
Mújika cubren las bandas con clase, aunque les falte la velocidad y la chispa
de la competición, que podrán adquirir con el paso de las jornadas. Pero los
que están a un nivel sorprendente son Eneko Romo y Juan Domínguez, dos viejos
guerreros a los que Zulaika ha colocado juntos en el centro del campo. El
resultado: oficio, trabajo y calidad al servicio del equipo. El balón rueda fluido,
llega con regularidad al área rival y por si fuera poco, la puntería de los
txuribeltz está perfectamente ajustada.
Hablaba también de la
importancia de amarrar la victoria una vez conseguida la ventaja en el
marcador. También en ese aspecto estuvo correcto el Real Unión. En una lectura
cauta de la situación, los de Zulaika cedieron el balón a los colchoneros en la
segunda mitad. Perdieron la posesión, pero nunca el control del partido. El
Unión aseguró la victoria con un derroche de esfuerzo, de solidaridad y de
trabajo colectivo. También con tranquilidad y paciencia al no poder sentenciar
el encuentro con el tercer tanto. Los txuribeltz trataron de robar el balón
para romper el partido a la contra. Pero viendo que el tanto no llegaba, los
unionistas siguieron centrados en labores defensivas, sin olvidar que la
ventaja obtenida ya les acercaba a la victoria. En ese contexto, la segunda
mitad no fue vistosa. Pero creo que Zulaika estará encantado con el trabajo que
realizaron sus jugadores. Incluso el público de Gal lo entendió y agradeció,
con una sonora ovación al término del encuentro. El Real Unión gusta cada vez
más.
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