martes, 8 de abril de 2014

Lo que el río ve

Más que nunca
UNAI OIARTZUN

¿Y ahora qué? El resultado del domingo ha superado el peor de los presagios. Pocos podían imaginar que un rival descendido iba a ser capaz de sorprender al Real Unión. Menos con la gran necesidad que arrastraba el equipo. En la previa, Sergio Francisco admitía y asumía la importancia del partido, que podía marcar el futuro del Unión en Segunda División B. Sumar los tres puntos era vital en el camino hacia la permanencia. Por eso el golpe ha estremecido a la familia txuribeltz. Con la derrota en Sariñena, el riesgo de descenso es muy real. La mayor tempestad de los últimos años se abalanza sobre el Real Unión. En el peor de los casos, las cinco últimas jornadas podrían cerrar un capítulo en la historia del club irundarra.
                Era impensable, pero se cumplió. El Sariñena sumó la tercera victoria de la temporada. En la jornada siguiente a su descenso matemático, doblegó al equipo unionista en un alarde de orgullo y profesionalidad. Logró un gol tempranero que le armó de valor para defender su ventaja con uñas y dientes. Y vaya si lo logró.  El tanto tuvo el efecto contrario en el Real Unión.  Los txuribeltz sufrieron el ansia y la imperiosa necesidad de ganar el partido.  La mala suerte también tuvo su grado de importancia en forma de lanzamientos al poste. Pero en general, la precipitación y el desorden acabaron condenando a los unionistas. Las ocasiones tardaron en llegar y cuando lo hicieron, los remates fueron defectuosos. Podríamos discutir el once inicial, o la disposición de los jugadores sobre el campo. El propio Sergio Francisco decidió recular en el tiempo de descanso. Sin embargo, el mayor problema del Unión volvió a ser la presión que atenazó a los jugadores.
                La decimocuarta derrota de la temporada ha sido especialmente dolorosa. Al menos para la afición txuribeltz. Me preocupa pensar en la plantilla, que estaba ciertamente afectada antes de la visita a Sariñena. ¿Podrá levantarse a tiempo de prepararse ante lo que se avecina? La unión va a ser imprescindible en lo que queda de temporada. Los jugadores necesitan sentirse arropados, ya que Gal puede ser el trampolín hacia la permanencia. Quedan dos partidos en casa, en los que el equipo y la afición deben ir de la mano. Llegó la hora de que todos los unionistas sean conscientes del peligro, aparquen por las rencillas, arrimen el hombro y hagan un último esfuerzo. El club también podría abrir las puertas del Stadium ante el cariz que están tomando los acontecimientos. La afluencia numerosa y el apoyo del público pueden resultar determinantes en el desenlace de la temporada.
                La fortuna ha acompañado en la última jornada en lo que a resultados de los rivales se refiere. Las derrotas del Getafe y del Laudio han devuelto el aire a los de Sergio Francisco. Pero estando la permanencia en juego, no hay duda de que acabarán ganando. Obligarán al Unión a hacerlo, y es difícil pensar cuándo logrará el equipo sumar los tres puntos. La racha es nefasta, y el calendario, temible. Pero es inútil pensar en el pasado, en cómo ha llegado el Real Unión a la actual tesitura. Es el momento de apretar, de salir a morder en cada partido. Solo el cien por cien de sus posibilidades servirá al equipo para rascar puntos en lo que queda. No hay otra salida. Ya habrá tiempo para la reflexión, y para el debate. Pero ahora, el futuro del Real Unión se decide en el terreno de juego.

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