Asoma la tormenta
UNAI OIARTZUN
Hace tiempo que el Stadium Gal
muestra una imagen decadente. Césped en mal estado, gradas semivacías, escasa
animación. Protestas contra la directiva. Se respira un ambiente angustioso e
inquietante. La pancarta de los trabajadores puso la guinda a otra semana
conflictiva. La crisis institucional sigue engordando, y no parece tener fácil
solución. Pero ahora, la preocupación del entorno alcanza también el ámbito
deportivo. El riesgo es real y el equipo no muestra síntomas de reacción. El
crédito se agota y cada vez son menos las ocasiones de detener el desastre. La
derrota ante el Tudelano deja al Real Unión a cuatro puntos de la promoción y a
cinco del descenso directo. A falta de ocho jornadas, el horizonte es
desalentador.
En
la jornada del sábado el Unión estuvo ante la opción dar un giro casi
definitivo hacia la permanencia. Pero
volvió fallar. La dejó escapar. Los puntos volaron hacia Tudela y los
irundarras siguieron hundiéndose un poco más. Sergio Francisco apostó por un
once ofensivo, con Goiko y Saizar en el campo, y dejando el trabajo en la
medular en manos de Yeray y de Oscar Vega. El equipo carburó durante los veinte
primeros minutos, cuando fue a por el partido y mostró su mejor versión. A partir
del error de Seguín que adelantó a los visitantes en el marcador, el Unión fue
descomponiéndose paulatinamente. El Tudelano se impuso en el centro del campo,
donde los irundarras adolecieron la ausencia de Iker Rodellar, pieza
fundamental en la contención. Tampoco se
entiende la ausencia de Eneko Romo, capitán y alma de este Real Unión.
El
penalti y el tanto de Saizar devolvieron la esperanza justo antes del descanso.
Pero la reanudación del juego confirmó el peor de los presagios. Un auténtico
golazo de Esparza y la infantil expulsión de Juan Domínguez desnivelaron la
balanza a favor de los navarros. Semejante mazazo acabó por derrumbar al
equipo. El Unión está tocado, y a día de hoy cada contratiempo puede resultar
definitivo. El Tudelano no sufrió para amarrar los tres puntos. Aguantó las
tímidas acometidas locales, y sentenció el partido a falta de veinte minutos
para el final. A partir de entonces, los txuribeltz bajaron los brazos. Sergio
Francisco realizó dos cambios. El de Romo era necesario, pero Balerdi no aportó
más de lo que Hugo Rodríguez estaba intentando. Cierto es que las lesiones
también lastran al equipo, y que condicionan el planteamiento y las
sustituciones en los partidos.
La
derrota ante el Tudelano es grave, y el futuro se presenta complicado. Quedan
ocho jornadas para cerrar el telón. Las mismas que lleva el equipo sin ganar.
Si no consigue una sola victoria en lo que resta, el Unión no sumará cuarenta y
cinco puntos. En ese caso, es posible que pierda la categoría. La consigna, por
tanto, es clara. Ganar lo antes posible.
El problema se presenta al mirar al calendario y pensar dónde y cuándo podría
obtener la próxima victoria el Real Unión. Las Palmas Atlético y Toledo son los
próximos rivales. Segundo y tercero en la clasificación. Siendo conscientes de
la realidad que vive el equipo de Sergio Francisco, sumar un punto en cada uno
de ellos sería un gran premio. Eso sí, los txuribeltz ya no podrían permitirse
un fallo más.
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