martes, 25 de noviembre de 2014

Lo que el río ve

Contradicciones
UNAI OIARTZUN

Durante el mes de octubre, el Real Unión estuvo cuestionado por la falta de resultados. Más allá de sensaciones o de espectáculo, el público pedía puntos, pedía victorias. El domingo pasado, mediada la segunda parte del choque ante el Socuéllamos, un sector de la grada del Stadium Gal silbó a su equipo por no buscar con mayor insistencia la portería contraria. Los propios jugadores tuvieron que animarse entre ellos para superar las dudas y confiar en el trabajo que estaban realizando. Finalmente, y con el lógico sufrimiento por lo corto del resultado, el premio llegó en forma de victoria. Los txuribeltz se retiraron con la portería a cero, tres puntos más en el casillero y habiendo adelantado dos posiciones en la clasificación. ¿Realmente se le podía haber pedido más al equipo?
               Quien presenció en directo la primera parte del partido entre Unión y Socuéllamos, sabe que el manchego demostró ser un equipo correoso. En esta ocasión, fueron los txuribeltz los que dieron el susto inicial, propiciado por la intensidad que faltó tantas veces durante las jornadas anteriores. Punto a favor para los locales. Pero a nadie se le escapa que poco a poco, el equipo visitante arrebató el esférico a los unionistas. Demostró calidad y criterio a la hora de jugarlo, hasta el punto de generar hasta tres ocasiones clarísimas de inaugurar el marcador. Solo la falta de puntería y el enorme acierto de Jon Tena evitaron el gol visitante. De no ser por el tremendo vuelco que dio el partido en la antesala del descanso, el Socuéllamos se hubiera marchado al vestuario con la sensación de dominar el encuentro. No conviene olvidarlo a la hora de hacer valoración de la victoria.
                Cierto es que el partido cambió en los últimos minutos del primer tiempo. La segunda tarjeta amarilla a Nuño fue merecida, y habla de lo difícil que es parar en carrera a Iker Seguín. Además de cumplir en defensa, el eibarrés desborda en ataque, siendo una pieza fundamental en la banda izquierda unionista. El punto de fortuna de la jornada estuvo en la rapidez con la que el Unión consiguió adelantarse en el marcador. Silas no llegó a conectar de manera eficiente con el balón, que fue a parar a los pies del que no falla. O del que no fallaba, porque después del gol, al principio de la segunda parte, Jorge Galán gozó de al menos dos claras ocasiones de ampliar la ventaja. No es habitual ver al navarro dudar en área rival. De todos modos, nada se le puede reprochar al mayor referente goleador. El equipo notará su ausencia por acumulación de tarjetas.
               Fue a partir de entonces, al ver que no llegaba el segundo tanto, cuando el Real Unión dio el criticado paso atrás. El cambio de Silas por Rodellar confirmaba la intención de pausar el partido, de matarlo con el paso del tiempo, no a través del bombardeo constante a la portería contraria. La decisión no gustó al público, que se desesperó ante la calma de los jugadores. Gustaran o no las formas, el equipo de Aitor Zulaika consiguió los tres puntos que estaban en juego. Por tercera vez en las cuatro últimas jornadas. En un mes, el Unión solo ha perdido contra el Leioa, que por cierto, se ha encaramado a la cuarta posición en la tabla. Los txuribeltz son duodécimos y poco a poco van dejando atrás la zona roja. Ahora llega una de las salidas más esperadas de la temporada, con la visita del equipo a las instalaciones de Valdebebas. No faltará motivación para ganar al filial merengue.

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