Paso atrás
UNAI OIARTZUN
Poco dura la alegría en una competición tan igualada como
la del Grupo Segundo. Encadenar tres victorias es muy complicado y pocos lo han
conseguido en lo que va de temporada. Cualquiera puede sorprender al equipo más
en forma. El Leioa lo hizo, doblegando a un Real Unión que salió desdibujado de
las instalaciones de Sarriena. Al menos en la segunda parte, el equipo
txuribeltz no se acercó a lo que había sido en las últimas jornadas. Incluso
con desventaja en el marcador, no tuvo la determinación ni la chispa necesarias
para buscar la igualada. El Leioa hizo bien su trabajo, pero evidentemente, no
todo fue acierto del rival. Queda la agria sensación de que el Unión subestimó
al Leioa, de que no saltó con la seriedad necesaria al terreno de juego. Puede
que las dos últimas victorias surtieran el efecto contrario, creando un exceso
de confianza muy distante de la realidad de la competición.
Desde luego que en los primeros compases del partido, los
txuribeltz no estuvieron a la altura. El Unión volvió a caer en el error,
arrancando el partido con una tranquilidad contraproducente, falto de
intensidad, de agresividad y de concentración. El Leioa estuvo a punto de abrir
la lata nada más empezar, y lo hubiera hecho, de no ser por la intervención de
Tena, que está devolviendo la confianza al entrenador. Con el paso de los
minutos, el equipo irundarra superó el susto inicial, apoderándose del esférico
para acercarse al área rival. Le costó crear verdadero peligro, pero pareció
controlar el partido por momentos. Sin embargo, en la antesala del descanso,
Aimar Sagastibeltza cometió un penalti claro. Jon Tena volvió a salvar el gol,
desviando con la pierna el golpeo centrado del rival. La pena máxima
desbaratada por el guardameta podía servir de acicate para los unionistas de
cara al segundo tiempo.
Nada más lejos de la realidad. Tras la reanudación, el
Real Unión volvió a salir despistado, aletargado por el descanso. De nuevo Tena
estuvo atento, por partida doble, para evitar el tanto local. Pero a la
tercera, Lander Yurrebaso no perdonó, adelantando al equipo vizcaíno en el
marcador. El Unión recibió un castigo merecido, y aunque tuvo tiempo de
remediarlo, lejos estuvo de lograrlo. Perdió el equilibrio y el orden que le
habían llevado a ganar partidos. La línea medular acusó la baja de Rodellar en
el trabajo destructivo, pero tampoco hiló fino a la hora de generar juego.
Zulaika dio entrada a Seguín, para jugar por las bandas. Más tarde a
Goikoetxea, pero tampoco surtió efecto el juego directo con dos delanteros. El
Real Unión fue diluyéndose, impotente ante la seriedad defensiva del Leioa, que
supo jugar sus cartas para asegurar la victoria. En cuanto a los txuribeltz, la
derrota les obliga a ganar al Socuéllamos, equipo que cuenta con un punto menos
en la clasificación. Una derrota volvería a dejar al Unión en puestos de
descenso.
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