Los
pies en el suelo
UNAI OIARTZUN
Recuerdo a Manix Mandiola
asegurar que para estar arriba en Segunda B, hay que perder poco y empatar
cantidad de partidos. No le faltaba razón al experimentado entrenador. Queda
claro que ganar es la premisa principal de todo aspirante a objetivos
ambiciosos, pero la diferencia entre unos y otros reside muchas veces, en la
capacidad de rascar puntos en situaciones complicadas. En ese sentido, creo que
hay que valorar de manera positiva el empate cosechado en Las Llanas. Por
segunda semana consecutiva, el Real Unión fue capaz de voltear un resultado
adverso. Cerca estuvo incluso de llevarse el premio gordo. No fue posible, pero
el punto tiene su mérito. Sumar en Sestao siempre es positivo.
Las Llanas es un escenario complicado, donde cuesta salir
victorioso. Al aliento de la ruidosa afición, el domingo se le sumó un
irregular terreno de juego, castigado por la lluvia y en continuo deterioro a
lo largo del encuentro. Su estado dificultó la combinación, perjudicando
considerablemente al Real Unión. A pesar de ser fieles a su idea, los
txuribeltz no pudieron desplegar todo su potencial sobre el campo. El Sestao
fue más práctico y sacó provecho de las jugadas de estrategia. Así llego el gol
local, en el ecuador de la primera mitad. En una falta lateral bien botada y
mal defendida por los unionistas. El balón parado sigue siendo una de las
asignaturas pendientes de la zaga unionista, donde volvió a haber cambios por
la lesión de Valín. Sergio Francisco probó con Yeray acompañando a Azkoiti. Es
un recurso, pero desde luego, la de central no es la posición natural del
canario. Por otro lado, me extraña ver a dos laterales zurdos como Seguín y
Cano en el banquillo. En definitiva, prefiero la solución del domingo pasado.
La segunda novedad llegó a raíz de otra lesión. Sergio
optó por el cambio natural, dando entrada a Abaroa en sustitución de Domínguez.
El de Lekeitio estuvo bien, pero el equipo echó de menos a Juan, que ha sido
importantísimo en las primeras jornadas. Su lesión puede suponer un gran
contratiempo, dependiendo sobre todo, del nivel con el que el donostiarra
vuelva al verde. El que volvió fue Eneko Romo, decisivo una vez más al marcar
el tanto del empate. Llegó en una jugada elaborada, marca de la casa.
Participaron Hugo, Saizar y Aimar, en
una internada digna del lateral más ofensivo. El gol alentó a los unionistas,
que se lanzaron a por los tres puntos. Quizás algo precipitados en alguna de
las ocasiones. Caso de un tiro al muñeco de Balerdi, cuando tenía claras
opciones de pase. El segundo estuvo cerca, pero también para el River, que creó
peligro a raíz de los cambios, al dar entrada a Silas y a Aketxe. La balanza pudo
caer para cualquiera de los lados. No lo olvidemos.
Habrá quien vea el empate como bache, porque los rivales
han ganado y el Unión ha caído a la quinta plaza. Un momento, vamos a ver. ¿Es
que aspirábamos a seguir su ritmo? ¿No íbamos a ir partido a partido? Si hace
dos semanas no había que mirar la clasificación, tampoco habría que hacerlo
ahora. Lo que toca es hacer bueno el punto, volviendo a ganar en el Stadium
Gal. Llega un atracón de equipos madrileños, con partidos ante los filiales de
Atlético de Madrid, Real Madrid y Getafe. Éste último en la décima jornada,
punto que suelen marcarse los entrenadores para sacar las primeras conclusiones
en lo que a clasificaciones se refiere. Será un momento importante, en el que
veremos hasta qué punto puede ser real la ilusión generada en torno al equipo.
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