martes, 8 de octubre de 2013

Lo que el río ve

Los pies en el suelo
UNAI OIARTZUN

Recuerdo a Manix Mandiola asegurar que para estar arriba en Segunda B, hay que perder poco y empatar cantidad de partidos. No le faltaba razón al experimentado entrenador. Queda claro que ganar es la premisa principal de todo aspirante a objetivos ambiciosos, pero la diferencia entre unos y otros reside muchas veces, en la capacidad de rascar puntos en situaciones complicadas. En ese sentido, creo que hay que valorar de manera positiva el empate cosechado en Las Llanas. Por segunda semana consecutiva, el Real Unión fue capaz de voltear un resultado adverso. Cerca estuvo incluso de llevarse el premio gordo. No fue posible, pero el punto tiene su mérito. Sumar en Sestao siempre es positivo.
            Las Llanas es un escenario complicado, donde cuesta salir victorioso. Al aliento de la ruidosa afición, el domingo se le sumó un irregular terreno de juego, castigado por la lluvia y en continuo deterioro a lo largo del encuentro. Su estado dificultó la combinación, perjudicando considerablemente al Real Unión. A pesar de ser fieles a su idea, los txuribeltz no pudieron desplegar todo su potencial sobre el campo. El Sestao fue más práctico y sacó provecho de las jugadas de estrategia. Así llego el gol local, en el ecuador de la primera mitad. En una falta lateral bien botada y mal defendida por los unionistas. El balón parado sigue siendo una de las asignaturas pendientes de la zaga unionista, donde volvió a haber cambios por la lesión de Valín. Sergio Francisco probó con Yeray acompañando a Azkoiti. Es un recurso, pero desde luego, la de central no es la posición natural del canario. Por otro lado, me extraña ver a dos laterales zurdos como Seguín y Cano en el banquillo. En definitiva, prefiero la solución del domingo pasado.
            La segunda novedad llegó a raíz de otra lesión. Sergio optó por el cambio natural, dando entrada a Abaroa en sustitución de Domínguez. El de Lekeitio estuvo bien, pero el equipo echó de menos a Juan, que ha sido importantísimo en las primeras jornadas. Su lesión puede suponer un gran contratiempo, dependiendo sobre todo, del nivel con el que el donostiarra vuelva al verde. El que volvió fue Eneko Romo, decisivo una vez más al marcar el tanto del empate. Llegó en una jugada elaborada, marca de la casa. Participaron Hugo, Saizar y Aimar, en una internada digna del lateral más ofensivo. El gol alentó a los unionistas, que se lanzaron a por los tres puntos. Quizás algo precipitados en alguna de las ocasiones. Caso de un tiro al muñeco de Balerdi, cuando tenía claras opciones de pase. El segundo estuvo cerca, pero también para el River, que creó peligro a raíz de los cambios, al dar entrada a Silas y a Aketxe. La balanza pudo caer para cualquiera de los lados. No lo olvidemos.
            Habrá quien vea el empate como bache, porque los rivales han ganado y el Unión ha caído a la quinta plaza. Un momento, vamos a ver. ¿Es que aspirábamos a seguir su ritmo? ¿No íbamos a ir partido a partido? Si hace dos semanas no había que mirar la clasificación, tampoco habría que hacerlo ahora. Lo que toca es hacer bueno el punto, volviendo a ganar en el Stadium Gal. Llega un atracón de equipos madrileños, con partidos ante los filiales de Atlético de Madrid, Real Madrid y Getafe. Éste último en la décima jornada, punto que suelen marcarse los entrenadores para sacar las primeras conclusiones en lo que a clasificaciones se refiere. Será un momento importante, en el que veremos hasta qué punto puede ser real la ilusión generada en torno al equipo. 

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