UNAI OIARTZUN
Qué bien le ha sentado el mes de marzo al Real Unión. Si la semana pasada hablábamos de la notable mejoría del equipo, esta jornada no ha hecho más que confirmarla. La tercera victoria fuera de casa ha llegado en el mejor momento posible. El equipo está fuerte, no sólo física y futbolísticamente, sino también anímicamente, y volver a ganar lejos de Gal aumenta el grado de ilusión y de confianza. La remontada vuelve a ser un valor añadido que demuestra el tesón y la decisión de los txuribeltz. Centrarse exclusivamente en cada partido está dando el mejor de los resultados, así que no hay por qué cambiar la dinámica en las siguientes jornadas.
El partido de Eibar fue uno de los más completos que el Real Unión ha realizado lejos de Gal. En aquella ocasión el reparto de puntos no fue favorable a los intereses unionistas, pero la imagen del equipo había cambiado notablemente. La primera parte del sábado no siguió la línea de Ipurua, pero la idea era la misma. Un centro del campo muy poblado con Valín, Albistegi y Moscardó en labores de contención y robo de balón. Una opción muy válida para controlar el partido en los primeros compases, que sin embargo, no funcionó como debiera en Tajonar. Osasuna B fue superior, acertó a cortar la salida de balón de los irundarras y dispuso de las mejores oportunidades en la primera mitad. De no ser por la intervención de Otermin, el filial pudo haberse adelantado antes del descanso. No fue así y el partido cambió de dueño a la vuelta de los vestuarios. Pero cuando mejor estaba el encuentro para los txuribeltz, los anfitriones se encontraron con un gol que ponía muy difícil la victoria foránea.
Sin embargo, el Real Unión no se rindió, no decayó y fue capaz de reaccionar de nuevo para dar un vuelco al marcador. Mucho tuvo que ver la sabia decisión de Idiakez, de buscar profundidad con la entrada de Colinas y de Juan Domínguez. El Promesas fue víctima de su propia ventaja, se agazapó en su área para mantener el resultado y acabó cediendo ante la insistencia de los de Irun. El gol del empate llegó en un saque de esquina y lo cierto es que el Unión no ha obtenido, hasta ahora, demasiado provecho del balón parado. Andriu cabeceó perfecto para estrenarse como goleador. El segundo fue causa de la enorme capacidad de desborde de Julen Colinas, al que echábamos de menos en la banda derecha. Es difícil pararle en carrera y si pisa área es un arma letal. El penalti fue claro y no había duda de quién sería el lanzador. Angulo está en su mejor momento y lleva cuatro jornadas viendo puerta. Por si fuera poco, el sábado dio las dos asistencias. En el tercer tanto, Albistegi fue el rematador. No es su mejor virtud, sin embargo, demuestra un buen olfato goleador. Ocasiones no le faltan, pero debe afinar la puntería.
Seguimos el itinerario y nos centramos en la próxima cita. Esta vez, al calor de la hinchada txuribeltz, que espera seguir contribuyendo a la reacción de su equipo. La Peña Sport visita el Stadium Gal, escollo complicado en su camino a la salvación. Tras una primera vuelta ilusionante, los de Tafalla acusaron la pérdida de su goleador Laborda y se encuentran en la zona roja de la clasificación, luchando por mantener la categoría. Eneko Romo y sus compañeros ya dieron la sorpresa al imponerse al Unión en la primera vuelta, por lo que habrá que tener cuidado con los navarros. Los de Idiakez deben seguir concentrados en su trabajo, manteniendo el nivel y la entrega de las últimas jornadas. Solo así serán capaces de alargar la buena racha de resultados.
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