martes, 6 de noviembre de 2012

Lo que el río ve

Inyección de moral
UNAI OIARTZUN
Las dos caras mostradas por el Real Unión el pasado domingo, son un claro ejemplo de lo que está dando de sí el primer tercio de temporada. En algunas, diría que en demasiadas ocasiones, tal y como ocurriera en la  primera mitad del último partido ante el Logroñés, hemos visto a un equipo simple, flojo y sin recursos. Pero en el otro extremo, se encuentra un Unión diferente, sólido en defensa y rápido, muy desequilibrante en labores ofensivas. Por fortuna, el segundo afloró el domingo a la vuelta de vestuarios, para resolver el choque de manera favorable al interés de los irundarras. El Real Unión suma ya dieciséis puntos, que le alzan a la octava posición de la clasificación. El Lleida, cuarto, cuenta cinco puntos más. Los txuribeltz han marcado once goles y recibido diez. Por fin los datos comienzan a ser positivos.
                El trabajo del rival tuvo mucho que ver en lo bochornoso de la primera parte. El Logroñés, a base de brega, presión y colocación, supo anular el juego de los de Idiakez. No hiló fino en ataque, pero se encontró con un gol en el minuto treinta y seis. Demasiado castigo para los fronterizos, que aun dominando el control del esférico, tampoco habían conseguido llegar con peligro al área rival. Aquello empezaba a oler  mal y mucho tendrían que cambiar las cosas a la vuelta de los vestuarios. Ahí estuvo la clave. Nada más volver al terreno de juego, Colinas peleó un balón largo, se escapó del rival con su endiablada velocidad y batió por bajo a Castilla. A partir de ahí el Unión se sintió cómodo y aprovechó el lógico bajón físico del Logroñés.  Chupe volvió a mostrar su capacidad goleadora y aprovechó el regalo de la zaga riojana. El partido estaba de cara y Angulo añadió mordiente en ataque. El Real Unión se gustó y ofreció un recital al contraataque, consiguiendo el tercero y pudiendo incluso ampliar su ventaja. La del tercero, por cierto, fue una jugada para enmarcar. Colinas corrió tras un balón por el que nadie apostaba, lo alcanzó prácticamente en la línea de fondo y puso el pase en el área pequeña, justo donde Lambarri entraba para fusilar al meta rival. De libro.
                Fe y confianza. Es lo que demostró el Real Unión,  dando una lección a la propia afición, que para nada esperaba la remontada. No había más que ver las caras en el descanso. Pero este equipo es fuerte, tiene carácter y capacidad de reacción. La actitud es indispensable sobre el terreno de juego y el Unión lo puso de manifiesto. Tras el fracaso en Tafalla la victoria era obligada, pero visto el transcurso de los acontecimientos, los tres puntos tienen un gran valor. Por la triste primera parte, por la reacción en la segunda, por la gran remontada y por los tres goles anotados. La ineficacia ofensiva de las últimas jornadas desapareció para dar paso a un equipo desbordante, agresivo y sorprendentemente acertado de cara a portería. Al término del encuentro, la afición esperó a aplaudir a los jugadores que por fin habían dado la talla. La confianza que se generó vale más que tres puntos. Imanol Idiakez comienza a ver su idea reflejada sobre el terreno de juego y el equipo sigue madurando poco a poco. En ese sentido, el del domingo fue un paso vital.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No creo que la aficion no se esperaba la remontada; el Logroñes no mostro muchas cosas y metio un gol en su unica media ocasion.
A parte del trabajo del rival, la primera parte nos dejo ver un Union un poco desequilibrado en el centro del campo y sobre todo sin soluciones para sacar el balon una vez este recuperado.
Reequilibrio del equipo, soluciones para el que recuperaba el balon y se puede organizar de manera eficiente el juego.
Y llegan los goles ...

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