Catarsis
UNAI
OIARTZUN
Tres de tres. El Real Unión ha completado una semana redonda para
dejar bien atrás el mes de resultados negativos. El Castellón
espera ya a los txuribeltz, que superaron al Linares con total
autoridad. Sin duda se trata de una final de renombre para la Copa
Federación, con el aliciente de poder levantar un título en el
Stadium Gal. En liga, dos claras victorias han devuelto todo el
crédito, si es que algo había perdido, al equipo de Aitor Zulaika.
El Unión derrotó al Amorebieta con una actuación muy seria. Una
verdadera demostración de poderío capaz de amedrentar a cualquier
equipo. El Amorebieta era un duro rival, y dejó clara su condición
en el arranque del partido. Los txuribeltz tuvieron que sufrir en más
de una ocasión. En cualquier caso, poco a poco fueron adueñándose
del balón y del partido.
Antes del gol, el Real Unión había empezado a llegar con peligro.
Pero el tanto fue un paso de gigante hacia la victoria. Llegó en una
acción inusual. Juan Domínguez emplea bien su cuerpo, y suele ganar
la posición con facilidad a sus defensores. En cambio, llegado a la
frontal, no acostumbra a disparar. Probó suerte, y el balón acabó
en la red. La verdad es que el donostiarra tiene un excelente golpeo,
y podría sacarle mayor provecho. El tanto fue un mazazo para los
vizcaínos. Tuvieron otra clara ocasión antes del descanso, pero a
partir de la reanudación, se fueron diluyendo poco a poco. El Unión
fue claro dominador del segundo tiempo, empezando por una línea
defensiva soberbia, que mantuvo la portería a cero un mes después
de la última vez. De medio campo para adelante, los txuribeltz
generaron peligro, tuvieron incluso fases de fútbol vistoso y de
calidad.
El segundo gol se hizo esperar, e hizo recordar la última
experiencia contra el Trival Valderas. Los locales estaban
perdonando. Finalmente, Sagastibeltza puso el cerrojo, con algo de
fortuna. Devolvió la calma al Stadium Gal, que pudo disfrutar con la
victoria de su equipo. A partir del gol de Aimar, lo más destacable
podría ser la apuesta de Zulaika por no mover el banquillo. No es la
primera vez que se decanta por no hacer más que dos cambios. Además,
lo cierto es que los hizo a escasos minutos para el final, con el
choque prácticamente decidido y sin una misión relevante para las
incorporaciones. Dicen que si algo funciona, no hay por qué
cambiarlo. Pero en este caso, con ocho jornadas y los dos partidos de
la final por delante, no deja de ser sorprendente. Hay jugadores que
están teniendo una carga enorme de minutos. Es el caso de Rodellar,
que ha jugado los tres partidos de la semana al completo.
Que hablaríamos a falta de ocho jornadas, decía Zulaika hace
tiempo, para restar presión al equipo. Pues bien, llegado ese
momento, no queda más remedio que repetir la lectura que hacíamos
unas cuantas jornadas atrás. El Real Unión está en disposición de
luchar por todo, incluso por el liderato final. Sin embargo, las
opciones que tiene de ganar el campeonato son tantas como las de
quedarse fuera de la fase de ascenso. Algo que no sería un fracaso,
pero si una auténtica pena, después de haber tenido la miel en los
labios. No solo para los aficionados, también para una plantilla
visiblemente ilusionada y tremendamente implicada. Las ocho últimas
jornadas decidirán la suerte de los equipos que luchan por el
play-off. En ellas, el Unión deberá sacar a relucir su mejor
versión para superar a sus rivales y entrar entre los cuatro
primeros. La línea trazada durante la última semana es la que
conviene seguir para lograrlo.
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