Resaca
UNAI OIARTZUN
Las consecuencias de la tempestad
posterior al partido contra el Lleida se han alargado más de lo previsto. La semana se antojaba complicada, por el
escozor de la derrota y por el castigo que a todas luces, habría que asumir.
Así ha sido e Imanol Idiakez no volverá a sentarse en el banquillo txuribeltz
en lo que resta de temporada. También el utillero, Paco Indias, ha sido
castigado y el club deberá pagar la multa correspondiente a las dos sanciones.
Se había hablado incluso de clausura del Stadium, por lo que dentro de la
gravedad, puede decirse que el Real Unión ha sufrido el menor de los males. A
pesar de todo, el mensaje transmitido por el míster ante la prensa hacía pensar
en que el equipo estaba dispuesto a remontar el vuelo, pero no ha sido así. Ha
caído en picado.
El
Unión ha resucitado a una Gimnástica que arrastraba una pésima racha de siete jornadas
sin conseguir un solo punto. Y lo ha hecho de la peor manera posible.
Adelantándose en el marcador y desperdiciando una gran oportunidad de darse,
por fin, una alegría. Andriu anotó el primer tanto del choque, demostrando ser
el rematador más efectivo en lo que a saques de esquina se refiere. Sin
embargo, los irundarras no lograron mantener la ventaja, ni siquiera hasta
marcharse a los vestuarios. Cuatro minutos le bastaron al equipo cántabro para
voltear el marcador. La jugada previa al segundo gol local dejó además, preocupantes
consecuencias para el Real Unión. Jon
Villanueva recibió su quinta tarjeta amarilla y no podrá participar en el
próximo compromiso liguero. La ausencia de Otermin está asegurada, así que la
complicada papeleta de defender la portería irundarra quedará, muy
probablemente, en manos de Bruno Moncayo, el joven portero del segundo equipo
juvenil. Con solo dieciséis años, puede estar ante una oportunidad única.
En
la reanudación lo lógico era esperar una reacción del Unión, una apuesta clara
por la victoria. La primera ocasión de Angulo reafirmaba la idea, que se vino
apagando con el paso de los minutos. La Gimnástica tenía mucho en juego y
retrasó sus líneas con la intención de defender la ventaja y amarrar la
victoria. Los de Idiakez se atascaron, chocaron contra el muro cántabro y no
volvieron a llevar verdadero peligro al área local. Al contrario que los de
casa, que a través de rápidas contras, pusieron en apuros al Unión hasta lograr
el tercer y definitivo tanto. Los cántabros tiraron de oficio y los de la muga
no creyeron en la victoria, limitando su empuje a balones largos en busca del
delantero. No sirvió y el equipo se volvió de vacío.
La
sensación es que el Real Unión estuvo falto de ambición y eso es algo que no se
puede permitir. Es triste ver cómo un equipo pierde la ilusión al dejar de
luchar por su objetivo. Ver cómo unos jugadores se pasean por el campo pensando
en las vacaciones o en la temporada siguiente. Por eso confío en ver un partido
diferente el sábado en el Stadium Gal. Confío en ver a un equipo valiente, que
luche y se vacíe por conseguir los tres puntos. Es lo que pediría a los
jugadores aunque no hubiera nada en juego. Que tampoco es el caso. La
clasificación para la Copa parece un premio menor, pero puede suponer un
importante aliciente económico y deportivo. Está al alcance y debería ser el
objetivo del Unión en los cuatro envites que quedan para despedir la temporada.
Tras una campaña en la que han demostrado ser competitivos, los jugadores
deben luchar por conseguirlo. Si lo hacen, le valoración del curso será sin
duda positiva.
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