martes, 2 de abril de 2013

Lo que el río ve

Golpe a golpe
UNAI OIARTZUN
El domingo parecía propicio para la resurrección. Los resultados del sábado ofrecían al Real Unión una oportunidad única para asomarse de forma definitiva al combate final por el último puesto con premio. Con las derrotas de Amorebieta y Barakaldo, los txuribeltz tenían en sus manos la posibilidad de acercarse a cuatro puntos de la cuarta plaza, teniendo que jugar aún ante dos de sus predecesores en la tabla. La condición era ganar al Sestao River en el Stadium Gal, y a punto estuvo de conseguirlo. Un minuto fue lo que separó al Unión de ganarse el derecho a soñar con un play-off de ascenso. El gol del River dejó helado al público, y destrozado al vestuario unionista. El equipo de Imanol Idiakez ha demostrado una capacidad innata para recuperarse de los contratiempos, pero el último golpe será difícil de digerir.
                La jornada del domingo es un ejemplo de muchas de las cosas que ha sufrido el Real Unión durante la temporada.  El árbitro, del que hace tiempo que no hablábamos, quiso ganarse el protagonismo incluso antes del pitido inicial. Trató de evitar la participación de Alfonso Valín en el envite, debido al vendaje que llevaba en la mano. Finalmente el vizcaíno pudo jugar y colaborar en el centro del campo, clave para la superioridad demostrada por el equipo durante el primer acto. Las ocasiones no tardaron en llegar, pero volvió a aparecer el trencilla para retrasar la ventaja local. El dudoso juego peligroso de Angulo invalidó el tanto de Chupe, y propició el cabreo del técnico y de la afición. Ha habido decisiones de todo tipo, algunas más discutibles que otras, pero la verdad es que la friolera de seis tantos anulados ha privado de muchos puntos al Real Unión. Piensen dónde podrían estar los txuribeltz habiendo sumado cuatro o cinco puntos más.
                El gol acabó llegando y lo hizo en forma de penalti, ejecutado una vez más, por Igor Angulo, artífice de la mayoría de las victorias de los unionistas durante la segunda vuelta. No hay más que ver que en las dos últimas jornadas, en las que el zurdo no ha marcado, tampoco el equipo ha visto puerta. Ese dato tiene un lado negativo, y es la dependencia que ha creado. Angulo es el tercer máximo goleador del grupo, pero ningún otro unionista figura en la lista de artilleros. Algunos señalan a Ander Lambarri por una escasa aportación goleadora, sin embargo, el domingo dejó bien claro lo mucho que el equipo echa de menos al nueve cuando no se encuentra en el campo. El bilbaíno abandonó el verde con molestias en el minuto cuarenta y su puesto quedó vacante. Infante le sustituyó en la demarcación, pero no en el trabajo. David es un jugador de otras características, que aporta una labor diferente. En cuanto a Lambarri, no tiene relevo natural en la actual plantilla. Y ese es otro de los mayores problemas que quedó patente en la última jornada. La evidente escasez de efectivos, unida a la mala suerte en el apartado de lesiones, ha minado constantemente al conjunto irundarra. La pérdida definitiva de Colinas y de Otermin, es el último ejemplo de ello. El extremo fue indispensable durante la primera vuelta, pero no ha podido aportar prácticamente nada en la segunda. Xixa se había ganado a pulso la titularidad, y un mal apoyo ha dado por finalizada su temporada. Demasiado despropósito como para  aspirar a cotas elevadas.
                Volviendo al partido del domingo, puede que la segunda parte de los de Irun no fuera buena, puede incluso que los de la margen izquierda merecieran el empate. Pero cuando un equipo tiene tanto en juego y llega con ventaja al tiempo de descuento, no puede dejar escapar los puntos de su feudo. Aun así, poco se puede hacer ante un auténtico golazo como el de Hernáez, y de nada sirve lamentarse ahora. Mirando el lado más optimista, el Real Unión ha recortado un punto y tiene la opción de seguir con su escalada en las dos próximas jornadas. Y siendo realistas, no cabe duda de que en esos dos envites va a decidirse el futuro de los de Idiakez. Dos partidos, contra el Amorebieta en Urritxe y contra el Lleida en Gal, serán suficientes para dilucidar las opciones finales del Real Unión. Ganando los dos, habrá dado un paso enorme hacia las eliminatorias por el ascenso. En caso de perderlos, se agotarán sus últimas opciones de conseguirlo. Dos jornadas para dos desenlaces diferentes. 

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