Partido a partido
UNAI OIARTZUN
La victoria ante el Noja era
vital para tapar la hemorragia y recuperar el pulso. Tras un eterno mes de derrotas
y tormentas dentro y fuera del campo, ganar a toda costa era una premisa clara
en la tarde del domingo. Puede que el resultado final fuera abultado, pero calificarlo de injusto me
parece excesivo. El Noja dominó el juego durante gran parte del choque y el
Unión estuvo lejos de su mejor versión. Pero el gol es el que cuenta y los
cuatro tantos lo hicieron merecedor de los tres puntos. Puntos balsámicos,
que inyectan confianza y moral. Lo
necesitaba el club, lo necesitaba la afición pero sobre todo el equipo, ese
grupo de jugadores que parecía haber dejado de creer en sí mismo. La pesadilla deportiva ha acabado, la
económica parece haber encontrado el cauce y el futuro se presenta incierto,
pero esperanzador.
Hablemos
de fútbol. De acuerdo, el equipo cántabro fue superior en el primer acto y el
gol de Domínguez llegó en una jugada aislada, bien peleada por Albistegi y
mejor rematada por el donostiarra. A la vuelta de los vestuarios el equipo
visitante siguió dominando y lo cierto es que de no ser por Otermin, el partido
podía haber cambiado radicalmente al inicio la segunda mitad. Pero el arquero
también juega y el zaruztarra estuvo sensacional. Luego llegó Lambarri, pieza
fundamental en el conjunto unionista. La entrada del bilbaíno cambió la cara al
ataque, que ganó en espacio y libertad de movimiento. Y llegaron los mejores momentos
del Unión. Dos goles en dos minutos sentenciaron a un Noja que había rozado el
empate y que veía cómo toda opción de puntuar en Gal se desvanecía en un
instante. La pillería y la clase de Angulo y la exquisita jugada entre Chupe,
Juan y Lambarri tumbaron las aspiraciones del equipo cántabro. Todavía había
ganas de más e Infante puso el broche con otra delicatesen, zafándose de dos
rivales y poniendo un centro medido a la testa de Angulo. Cuatro goles de bella
factura para solventar un partido complicado y para contentar a una afición que
no dudó en apoyar y animar a los de Imanol Idiakez.
La
racha ha terminado y tras reencontrarse con uno mismo, toca mirar alrededor. A
pesar de las cuatro derrotas, el Real Unión está en una digna séptima posición,
empatado a puntos con Lleida y Tudelano. El play-off parece estar lejos y por
eso, los jugadores hacen bien en quitarse la presión que ha podido lastrar al
equipo. “Partido a partido”, es la expresión que más han repetido los
unionistas durante estos días a los medios de comunicación y es lo mejor que pueden
hacer. Sacar el máximo número de puntos posible y descubrir, en unas cuantas
jornadas, la cota máxima a la que puedan aspirar. Vienen dos partidos
preciosos, de los que gusta jugar y disfrutar. Los derbis ante el Eibar y la
Real Sociedad B testarán la recuperación de un Real Unión que deberá competir
al máximo para puntuar en las dos citas. Por el momento, toca pensar en dar un
buen susto a los armeros. Los pupilos de Garitano y el cenagal de Ipurua lo pondrán difícil, pero los txuribeltz ya
han sacado tajada en las últimas visitas al coqueto estadio eibartarra. No
olviden el golazo de Arzamendi en el tiempo de descuento.
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