Prudencia obligada
UNAI OIARTZUN
Comienza una nueva temporada del
Real Unión en Segunda División B. Que no es poco. Teniendo en cuenta el agónico
final de la pasada campaña, y lo esperpéntico que ha sido el mes de julio en
los alrededores del Stadium Gal, el unionismo puede contentarse con ver a su
equipo compitiendo en el terreno de juego. De momento, el club parece haber
enderezado la situación económica, con el pago a sus trabajadores, que han
tenido que llegar al extremo de una huelga indefinida. Considero que era un paso
indispensable para alcanzar la estabilidad que el Real Unión necesita. Permítanme
que insista en el aspecto económico, y es que a nadie se le escapa la
repercusión que tiene en la marcha del equipo. La experiencia de las dos
últimas temporadas no deja lugar a la duda. El rendimiento del Unión estará
supeditado al pago de los salarios y al contexto institucional que lo rodee.
Teniendo
muy clara la importancia de los condicionantes extradeportivos, es el momento
de observar al nuevo equipo txuribeltz. Tras lo acontecido en las últimas
temporadas, el aficionado unionista podía imaginar un cambio de rumbo de la
directiva a la hora de confeccionar la plantilla. Era lógico pensar en un
equipo austero y basado en la cantera, que no tuviera más aspiración que sufrir
por mantener la categoría. Quien conoce la Segunda B sabe que no es el caso del
Real Unión 2014/2015. El encargado de tomar las riendas del equipo es Aitor
Zulaika, técnico contrastado, con un futuro prometedor en el mundo del fútbol.
Estará escudado por hombres de su entorno, y eso inspira confianza. En cuanto a
la plantilla, el Unión mantiene una sólida base sobre la que debería armarse un
equipo competitivo. Además del sempiterno Otermin, al menos dos jugadores por
línea continúan en la escuadra txuribeltz. Hablamos de gente experimentada, que
tiene mucho que aportar al Real Unión.
Con
semejantes cimientos, era más fácil confeccionar una plantilla de garantías.
Pero creo que lo que Zulaika tiene entre manos supera cualquier expectativa.
Cierto es que Morcillo, Urbieta, Ibarbia o Iriondo podrán pecar de
inexperiencia. Pese a ello, serán los encargados de aportar la ilusión y el
desparpajo de la juventud. El resto de jugadores que ha llegado al Stadium Gal
durante el verano, aúna veteranía, experiencia y excelentes resultados en la
categoría. Urkizu, Esnaola y Silas, por ejemplo, provienen del mejor Sestao
River de los últimos tiempos. Ex unionistas como Jorge Galán, y sobre todo Aritz
Mujika, ya demostraron de lo que son capaces en el Stadium Gal. Por no hablar
de Mikel Alonso, el fichaje más mediático, que en caso de acercarse a su mejor
nivel, debería marcar diferencias en Segunda B. Mucho se habló en el mes de
julio de que la Real Sociedad estaría detrás del nuevo proyecto del Unión. A
día de hoy, afloran las dudas sobre el alcance de dicho control. En cualquier
caso, lo que está claro es que Aitor Zulaika puede estar satisfecho con su
equipo.
De
hecho, el Real Unión demostró su competitividad en el estreno del Alcoraz.
Obviamente, el resultado fue negativo. Los txuribeltz se volvieron de vacío.
Pero el equipo mostró sus armas, dominó e incluso puso en aprietos a todo un
rival como el Huesca. Dos errores puntuales condenaron al Unión. El de Otermin
fue marca de la casa, y recordó una de las peores pesadillas de la historia
reciente unionista. Con la gran diferencia de que en esta ocasión, la derrota
de los txuribeltz ha llegado en la primera jornada liguera. Con tiempo de sobra
para reaccionar. Y teniendo en cuenta el nivel que ofreció el equipo de Zulaika
en las mejores fases del partido, hay motivos para ser optimistas de cara al
futuro. Sin olvidar, por supuesto, que lo deportivo estará condicionado por lo
económico y lo institucional. Perdonen el escepticismo.
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