UNAI OIARTZUN
A nadie sorprende la
victoria del domingo en Gal. Qué menos, dirán algunos, que ganar en
casa al penúltimo clasificado. Los tres puntos parecían una
obligación. De acuerdo en que el Izarra mostró una triste y pobre
imagen, y en que ningún aspirante a la fase de ascenso debería mostrar
síntomas de flaqueza ante equipos de la parte baja de la
clasificación. Pero no restemos mérito a los de Idiakez. El domingo
cumplieron con creces y alegraron la tarde a la helada afición
txuribeltz.
El estado del césped merece más de un comentario.
Sorprendió su horrorosa imagen y es que no es la primera vez que
diluvia en los prolegómenos de un partido esta temporada, pero hace
tiempo que el verde de Gal no mostraba semejante aspecto. No hay duda
de que condicionó por completo el choque ni de que en un principio,
perjudicaba especialmente el juego de toque del Real Unión. Sin embargo, tras unos
minutos de chequeo del terreno, los de Irun entendieron que el
partido no estaba para florituras. Se pusieron el buzo, no se si el
de trabajo o el de buceo, y lo ensuciaron como el día lo pedía,
para lograr una victoria merecida. Cuando el balón no rueda, no hay
más remedio que jugarlo en largo y cuando la ocasión no llega, hay
que buscarla a balón parado. Fútbol práctico y eficiente.
El Unión lo hizo bien y los dos tantos
marcados en saques de esquina lo prueban. Destacó Angulo, con sus
dos asistencias y con ese uno contra uno en el que pocas veces falla.
Recibió un pase perfecto de Moscardó, que volvió al once a un gran
nivel. Kijera, en su línea, realizó un partido completísimo e
Infante, la sorpresa, cuajó una de sus mejores actuaciones con el
primer equipo. Es importante que jugadores como David, o como Angulo,
suplentes en la primera vuelta, muestren un nivel que ofrezca
garantías al conjunto. Faltaba, Colinas, faltaba Albistegi, hombres
decisivos en el equipo, pero sus compañeros ganaron con solvencia.
Incluso Xixa, que apenas había tenido trabajo, quiso sumarse a la
fiesta acertando a parar una pena máxima.
El play-off está caro,
no hay duda de ello. Los de arriba, salvando al Eibar que sufrió la
resaca copera, no fallan y mantienen un gran ritmo de puntuación.
Pero el Unión no se queda a la zaga y ya ha abierto una brecha
respecto a sus perseguidores. El Barakaldo, próximo rival de los de
Idiakez, es uno de ellos y podría quedarse aún más rezagado. La
visita a la margen izquierda será, como siempre, complicada, y
testará la fiabilidad de los txuribeltz en terreno hostil. Si el
Unión recupera el pulso y vuelve a poner en marcha la maquinaria, no
habrá que preocuparse por los que le preceden en la tabla.
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