Tiempo de cambios
UNAI OIARTZUN
Estreno ante la parroquia
txuribeltz con victoria y dejando la portería a cero. Cuatro puntos y terceros
en la clasificación general. La verdad es que poco más se puede pedir, pero ya
se escuchan las primeras voces de alarma. Que si no se vio juego, que si no
creamos peligro, que gracias a que ellos no estuvieron acertados… Pues qué
quieren que les diga, el domingo se vieron cosas que no vimos en toda la
temporada pasada. Es verdad que siguen habiendo desajustes defensivos y que
salvando la ejecución de la pena máxima el Unión no tiró entre los tres palos. Incluso
diría que el Barakaldo no mereció perder. Pero el equipo trabajó y peleó,
porque tocaba hacerlo contra un rival como el del domingo y porque la actitud
del equipo es diferente. No hay más que ver la paliza que se pegó Lambarri, que
acabó agotado pero que maniató a la defensa fabril, aunque no estuviera
acertado de cara a portería. También Colinas demostró que además de rápido y
habilidoso, es un jugador listo y que pelea cada balón como si fuera el último.
O el nuevo Chuchi, el irreconocible, que en dos jornadas ha demostrado casi más
que en toda la temporada pasada.
Incluso
la suerte estuvo de cara el domingo, tras darnos la espalda en multitud de
ocasiones durante el pasado curso. El Barakaldo falló demasiado, y puso la
victoria en bandeja al Unión con el penalti cometido. La suerte también es
parte del fútbol, a veces te da y otras te quita y el domingo el equipo
txuribeltz volvió a recuperarla. Nos quedamos por lo tanto con lo positivo de
la jornada, y es que vimos a un Unión diferente, aguerrido y luchador, que
aunque tiene muchísimo trabajo por delante, ya está en la tercera posición y
aún no conoce la derrota. Sin pasar por alto los errores defensivos y los problemas
en la medular, con un Albistegi superado y un justito Moscardó. Lo importante
es mejorar, pero si mientras tanto el equipo suma y se mantiene arriba, mucho
mejor. El Real Unión ha dado otro paso, la primera victoria en casa, en ese
fortín en el que debe convertirse el Stadium Gal. Una de las claves de todo
equipo que aspire a estar arriba.
Las
cosas cambian, esperemos que para bien, pero donde no hay demasiada alteración es
en la grada, donde siguen los mil y pico de siempre. Los sufridores, los incondicionales.
Las mismas caras, el mismo ambiente y las pilas bien cargadas para una
temporada que se presentaba complicada, pero que comienza a mostrar los
primeros destellos de esperanza. Lo que tampoco cambia es el marcador, ni el
eternamente estropeado ni el de cartón de las chicas de la peña. Tampoco el
césped que resbala, el incansable bombo, el bar a rebosar o el ahorro de
energía cuando el sol se esconde y el terreno de juego pide luz a gritos.
Señoras y señores, esto es el fútbol modesto, el de verdad, el que nos gusta y
seguiremos apoyando. Bienvenidos al Stadium Gal.
2 comentarios:
Enhorabuena! Escribes muy bien. Incluso diría que mejor que muchos periodistas de la comarca. Buen análisis!!!
Q envidia tendrá un tal BORJA!!!!
Gran articulo, objetivo,realista.
Enhorabuena!!!
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