martes, 14 de abril de 2015

Lo que el río ve


Terminar el trabajo

UNAI OIARTZUN

No es posible hacer una valoración positiva de la semana habiendo perdido el partido de liga en Socuéllamos. El Real Unión no dio una buena imagen, cedió ante el equipo local y perdió gran parte de sus aspiraciones a lograr el primer puesto del grupo. Sin embargo, la semana también ha tenido sus aspectos felices. Y no son pocos. Para empezar, los txuribeltz han encaminado la final de tal manera que acarician ya el título de la Copa Federación. Cualquier empate basta para ver al Real Unión levantar un trofeo en el Stadium Gal. Pero cuidado, el mínimo atisbo de euforia puede ser contraproducente. Los jugadores deberían canalizar la ventaja para competir con tranquilidad, sin verse superados por la presión. 

En Castellón lo hicieron debidamente, sin prisa, sin ansiedad alguna. A día de hoy, el Real Unión es mejor equipo que el valenciano, y la superioridad acabó quedando bien patente sobre el terreno de juego de Castalia. La actuación no fue un alarde de fútbol vistoso y ofensivo, pero los de Aitor Zulaika dominaron la contienda con seriedad y oficio. Apretaron en el momento oportuno, al final del choque, cuando las fuerzas empezaban a fallar en el bando contrario. Las incursiones tuvieron su resultado con el gol de Galán, que otorga una ventaja envidiable a los unionistas. La oportunidad de celebrar el título en casa es única. El Stadium Gal vivirá una noche preciosa el jueves, emocionante y memorable, sobre todo, si el equipo consigue hacerse con la victoria final. El Real Unión está a un paso de engordar su palmarés y de escribir otra página dorada de su historia.

Me permito mirar un poco más allá para pensar en el partido del domingo, contra el Real Madrid Castilla. Pase lo que pase el jueves, haya o no celebración, el equipo tendrá que hacer frente a otra dura batalla, no menos importante. Los txuribeltz no pueden permitirse otro tropiezo como el de Socuéllamos. De la victoria contra el Leioa se destacó la capacidad de adaptación a cualquier rival, planteamiento o circunstancia. Pues bien, no se puede decir lo mismo de la visita a Socuéllamos. El viento, las dimensiones del campo, el césped artificial y un inteligente adversario superaron al Unión, que no se encontró cómodo, en absoluto. Hubo destellos de serenidad, pero en líneas generales, los txuribeltz no cuajaron una buena actuación. La ida de la final de Copa no es excusa, porque las alineaciones de ambos partidos fueron totalmente distintas. Aitor Zulaika encontró la manera de repartir minutos, presentando dos onces competitivos.

La derrota de Socuéllamos supone prácticamente decir adiós al premio por ser campeón de grupo. El Huesca es el equipo más en forma, con cinco claras victorias consecutivas. Ha sumado doce goles a favor y cero en contra, en una racha que le ha llevado a gozar de cuatro puntos de ventaja, más golaveraje, a falta de cinco jornadas para el final. Es evidente que el liderato se ha complicado mucho para el Unión. El play-off, en cambio no se puede escapar. Pese a la derrota en Socuéllamos, los de Irun mantienen el colchón de cuatro puntos. Con poco más de dos victorias, el Real Unión tendrá asegurada la clasificación para la fase de ascenso. De todos modos, no conviene alargar la emoción hasta el último instante. Los txuribeltz deben rematar la faena cuanto antes. Por eso, la visita del Castilla merece toda la atención. Agárrense, que viene una semana de emociones fuertes.

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