martes, 24 de septiembre de 2013

Lo que el río ve

¿Recuerdan?
UNAI OIARTZUN

¿Recuerdan la  última vez que el Real Unión sumó cuatro victorias consecutivas? ¿Recuerdan cuándo ganó dos partidos seguidos lejos de Gal? ¿Recuerdan la última ocasión en la que contaba con doce puntos en la quinta jornada? Las preguntas podrían sucederse extensamente. Este Unión está destrozando todas las previsiones, habladurías y comentarios que se habían sucedido desde el mes de junio. Lo está haciendo desde la humildad y el trabajo. Sin olvidar el tropiezo de Leganés, aprendiendo de él, el equipo ha preparado y disputado a conciencia cada partido y el resultado, no podría haber sido mejor. Los de Sergio Francisco han sumado todos y cada uno de los puntos en juego desde la segunda jornada. Logrando victorias de altura, como la cosechada el domingo en El Alcoraz.
            Por muy de cara que se pusiera el choque con la tarjeta roja en el minuto ocho, los tres puntos merecen un gran valor. Hay veces que la superioridad numérica complica incluso el partido y no fue el caso del domingo. En gran medida debido al gol que inauguró el marcador, nada más poner el balón en juego tras la expulsión. Otro tanto de bella factura para Juan Domínguez, ésta vez de falta directa, recurso escasamente explotado últimamente. Otra diana que suma el donostiarra, que sigue demostrando su excelente estado de forma. Ese minuto condicionó totalmente el envite y el Unión supo explotar su ventaja. No es algo nuevo. Ocurrió en Laudio, se repitió en Gal contra el Conquense y volvió a suceder el domingo en Huesca. El Real Unión de Sergio Francisco sabe gestionar un resultado. Se encuentra cómodo mandando en el marcador. El domingo volvió a demostrarlo, con su disposición sobre el terreno de juego, con serenidad para mover el balón. Y con una defensa que, siendo la parcela más cuestionada por la grada, acumula dos jornadas sin encajar un solo gol.
            A partir de ahí, el contraataque unionista empieza a ser temible. Una de las señas de identidad del equipo. Con gente como Gabilondo, Juan Domínguez, Saizar y Hugo Rodríguez, los txuribeltz pueden matar un partido en cualquier instante. El domingo se retrasó ese momento, pero hubo sobradas ocasiones para haber sentenciado antes. Falta afinar la puntería para no tener que sufrir el tramo final. Por lo demás, la sensación de fortaleza y seguridad sigue aumentando exponencialmente. El equipo está adoptando la imagen deseada. Por si fuera poco, los resultados acompañan y el trabajo se ve reflejado no solo en el campo sino también en la tabla clasificatoria. Sergio Francisco y su equipo se han ganado a pulso la confianza del entorno, que, curiosamente, prefiere resistirse a soñar con cotas mayores. Tras una década en la que el play-off era un objetivo indiscutible, el aficionado unionista se había concienciado para no despistarse, asumiendo que la permanencia era la única meta.
            Es por eso que aún persiste el comentario tranquilizador, reservado y hasta pesimista en el Stadium Gal. Y lo cierto es que no es del todo negativo, porque impide que se genere una excesiva presión que lastre al equipo. Lo que me gustaría es que en caso de torcerse las cosas, alguno se guardara críticas y agravios, del mismo modo en que lo hace con su emoción en estos instantes. Mientras tanto, los txuribeltz siguen trabajando en silencio, tal y como lo han hecho hasta el momento. El domingo recibirán a la Real Sociedad B, en uno de los encuentros más esperados por la afición unionista. El filial donostiarra ha protagonizado un irregular arranque de temporada y se encuentra en decimotercera posición con cinco puntos. Mucho ojo. Que nadie se confíe.  Pensar en una victoria asequible es un tremendo error. El Sanse es un auténtico experto en asaltar el Stadium. ¿Acaso no lo recuerdan?

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