martes, 5 de mayo de 2015

Lo que el río ve


Jarro de agua fría
UNAI OIARTZUN

El golpe encajado en el último suspiro fue duro para todos, no hay manera de negarlo. El empate no servía para asegurar el play-off, pero al menos no hubiera dejado un sensación tan amarga. El Real Unión ha perdido dos partidos de manera consecutiva, teniendo al alcance de la mano el billete para la fase de ascenso. Por suerte sigue teniéndolo, a raíz de los últimos resultados de los rivales. Con una victoria más, el Unión habrá alcanzado la meta que se ha puesto. Lo malo es la imagen que han ofrecido los txuribeltz durante las segundas partes de sus últimos compromisos. Los bajones llevan a pensar en la fatiga, en la carga de minutos de algunos jugadores. Es preocupante de cara a las eliminatorias por el ascenso. Si no llega en su mejor nivel, el Real Unión lo tendrá difícil contra los mejores equipos de los demás grupos.

Puede que la derrota sea una sorpresa para quien no acudió al Stadium Gal. Para los asistentes, la cruda realidad es que a lo largo de la segunda mitad, se mascaba la tragedia. El Real Unión había dominado al Las Palmas durante casi toda la primera parte. Las ocasiones se habían sucedido de forma continua, y se puede decir que la ventaja otorgada por Galán era corta, teniendo en cuenta lo visto sobre el terreno de juego. Sin embargo, a partir de la reanudación, incluso un poco antes, la trayectoria del partido cambió por completo. El equipo local se fue diluyendo. El filial canario le comió la tostada en el centro del campo, arrebató el balón a los txuribeltz y puso en evidencia sus carencias. Aitor Zulaika trató de poner remedio al problema, pero no acertó con los cambios, en gran medida a causa de las molestias musculares de Mikel Alonso, que le obligaron a dejar el verde al poco de ser retrasado a la posición de pivote defensivo.

El Las Palmas Atlético rozó el gol en más de una ocasión, y terminó consiguiendo el premio cuando más duele al rival. En el tiempo de descuento. El Real Unión había optado ya por la contención, dando por bueno el empate al ser consciente de que la victoria se había complicado. En ese contexto, el tanto de Germán fue un auténtico mazazo. Dejó helado a todo el Stadium Gal, descontento ya con la segunda parte, y visiblemente cabreado después del segundo gol visitante. El que se marchó desolado fue Jorge Galán, que tuvo una ocasión única de empatar la contienda in extremis. La verdad es que el delantero falló algo más de lo habitual. También lo hicieron varios de los rivales del Real Unión en la pugna por el play-off. Por eso el Unión sigue tercero y tiene la opción de asegurar el billete con una victoria más. No hay motivo para alarmarse. Los txuribeltz tienen una semana para corregir los errores y buscar la manera de ganar en Cuenca. En juego, nada menos que disputar una fase de ascenso.

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